Dando a luz a un frisón

El parto es un proceso biológico mediante el cual después de meses gestación el potro sale al mundo para llevar una existencia de manera independiente. En el caso de que el proceso de embarazo de la frisona haya transcurrido de manera normal, el nacimiento de la cría no debería representar problema alguno.

Se ha comentado que el momento adecuado para el nacimiento del potro oscila entre los 330 y 350 días de gestación, por lo que se recomienda poner especial atención a partir de los 300 días de gestación, tomando siempre en cuenta el historial de partos de la yegua en el caso de que no sea primeriza

No se puede saber con precisión el día y la hora de la actividad de parto, sin embargo existen ciertas señales que transmite la yegua para estar al pendiente:

  • A medida que el momento de dar a luz se acerca, existe intensa actividad en las ubres de la hembra, ya entre dos a seis semanas antes de que conciba a su prole, las mamas inician su proceso de desarrollo. Aquí hay que estar pendiente de lo que se conoce como las «perlas de cera», las cuales consisten en la aparición de gotas de calostro en las puntas de los pezones, llegando incluso a darse la expulsión de leche. Algunas yeguas primíparas presentan poco desarrollo de sus mamas y por esta razón hay que estar pendiente de otros signos fisiológicos.
  • Relajación de la musculatura de la grupa y de la región perineal.
  • Cuando ya está casi por parir la yegua modifica su comportamiento, se siente nerviosa y agitada. En este punto es recomendable vendar la abundante cola de la frisona de tal manera que no obstaculicen la salida del potro o que le genere problemas al no poder respirar desbido a la abundancia de pelos.

En el parto

Generalmente este proceso puede variar de unos cinco minutos a media hora y para llevarlo a cabo las yeguas prefieren estar solas para estar más relajadas, por lo que si se encuentra en el prado se alejará de los demás caballos y en el caso de estar en un establo es recomendable que se encuentre sola sin más animales a su alrededor, acompañada por las personas que la puedan asistir como el veterinario o sus cuidadores quienes deben observar desde afuera sin intervenir en el momento de dar a la luz.

Tres días antes del parto, comienzan a darse contracciones y dilatación de la cérvix, por lo que la yegua muestra sudoración en varias áreas de su cuerpo y la actitud de la hembra se caracteriza por la constante actividad de echarse y levantarse, agitación de la cola y toma de posturas como si fuese a orinar.

Estos síntomas aunados a la aparición de las «perlas de cera», se generan debido a que el feto ya inició su trabajo en búsqueda de la salida ya que busca posicionarse boca abajo rotando sobre sí mismo, pues esta es la postura normal en la que debería de nacer. También se puede observar ayuda de la madre quien se echa al piso para rodar de un lado para acomodar a su cría.

Posteriormente los miembros anteriores y la cabeza de la cría van penetrando el canal de la pelvis rompiendo la membrana y comprimiendo los tejidos blandos de la pelvis, iniciando así sus labores de expulsión.

Luego por la vulva aparece una membrana blanca y brillante en la que puede verse en su interior el extremo de una de las patas delanteras del potrillo. En todo este proceso la yegua ha podido estar echada o levantándose cada cierto tiempo girando adentro del establo y volviéndose a tumbar, para finalmente colocarse en una posición echada pero de lado, sin volverse a levantar hasta después del nacimiento.

Ya en esta postura comienzan a salir las patas delanteras, comienza a surgir la cabeza, los hombros, así como la región del tronco y la pelvis del potro. Es aquí cuando los esfuerzos se paralizan bruscamente y la hembra se quedará echada con las patas de su prole todavía adentro de la vagina.

La fina membrana de apariencia blanca que envuelve al feto se va rompiendo en su extremo delantero, producto de los movimientos de las extremidades del potro.

Hay que recalcar la importante acción del cordón umbilical, que durante la salida del potro queda intacto, porque a través de este el naciente animal recibe importantes cantidades de sangre desde la placenta y las contracciones uterinas. De allí que de ser posible, hay que evitar que la madre se levante rápida y violentamente después que expulsó a la cría, porque el rompimiento adelantado del cordón puede generar que el potrillo deje de recibir hasta un litro de sangre.

El cordón umbilical se romperá más o menos a cinco centímetros del abdomen cuando la hembra se levanta o cuando el potro realizar sus primeros esfuerzos por ponerse de pie.

Lo que procede después es que la yegua expulse las membranas fetales y la placenta, esta última la suele dejar ir entre 20 minutos y tres horas después del parto. Seguidamente se extrae del establo y debe ser extendida en el suelo para corroborar que está completa y no quedaron restos de ésta adentro del útero.

Cuidado e higiene

Al momento del parto la hembra debe contar con toda el agua que requiera, aún más cuando ha terminado la labor y se encuentra muy cansada por el esfuerzo. El establo debe ser amplio, iluminado, evitando que penetren corrientes de aire y con una cama limpia.

Es muy importante siempre verificar en qué postura viene el potro, pues la normal es con las patas delanteras y su cabeza apoyada sobre ésta. La postura contraria, es decir, con las patas trasera de primero para posteriormente expulsar el resto del cuerpo suele ser más difícil y se estar muy atento para que el potro saque la cabeza y así pueda respirar.

La cría puede salir de manera anormal pues se encuentran dentro de la madre de manera un tanto horizontal y pueden sacar un miembro o dos pero no la cabeza. En esta situación hay alto riesgo de que el caballo no nazca de forma segura, así que se debe contactar al veterinario urgentemente para que haga una intervención.

La labor de parto suele suceder de manera normal, aunque las complicaciones siempre están latentes, sin embargo, dentro de las actividades de un criador el nacimiento de los potros es un privilegio y una bendición.

En el siguiente video de contenido «muy gráfico» se puede observar el momento en que una yegua frisón da a luz:

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