Juega con tu frisón

Parte importante de la relación con el frisón nace a partir de los juegos que se realicen con éste, pues no todo debe estar fundamentado en el entrenamiento, además el caballo afianzará su confianza si nota que existen ratos de esparcimiento en los cuales lo único importante es la diversión y pasar el rato sin ningún tipo de estrés.

Un caballo despierto e inteligente que esté motivado a jugar muestra una personalidad jovial y de disposición al trabajo, lo que significa que pueden aprender cosas fácilmente, así que hacer actividades lúdicas con el animal implica que su inteligencia se pone en marcha y por lo tanto es una acción totalmente beneficiosa.

Entre las bondades que trae el juego tanto para el domador como el caballo, están:

Mejor conocimiento de las características del frisón gracias a que cuando se esté en medio del juego el manejador tendrá la oportunidad de observar los movimientos que usualmente el equino no emplea cuando realiza labores cotidianas.

El juego sin duda representa una motivación para el frisón, pero es importante resaltar que desde el primer ejercicio lúdico que se plantee con el caballo, hay que hacerle ver la diferencia entre lo que es juego y lo que es trabajo. En este caso una fácil forma de establecer el parámetro de distinción es permitirle al animal estar suelto en el juego y amarrado cuando se trate de su trabajo.

A medida que se desarrollen más actividades de esta índole se agudizará la cualidad de atención de caballos, gracias a que de este modo el frisón brindará su atención de forma voluntaria sin necesidad de que exista cierta presión sobre él.

Otra ventaja del juego es que cada vez más el frisón activará su confianza tanto hacia su domador como a otros objetos que le pudiera resultar extraños y por lo tanto ser temeroso de acercárseles o tocarlos. En este caso es bueno que vayan adquiriendo familiaridad con pelotas, las cuales a la postre le suelen resultar muy divertida a los frisones.

En este caso de objetos que resulten extraños resulta indispensable que el manejador también los manipule, así el caballo verá que se trata de cosas inofensivas que no pueden generar daño. De allí que el juego también le transmita valor al animal.


Recomendaciones para jugar con tu frisón

El manejador debe ser quien marque la pauta de qué actividades lúdicas realizar y en todo momento es quien llevará la iniciativa, pues no se puede olvidar que aunque los frisones son animales calmados y muy obedientes, son equinos muy fuertes y pueden generar situaciones de peligro para su domador.

Quien juegue con el frisón debe tener la protección necesaria, pues aunque el caballo no tenga la intención de lastimar, en el momento de la felicidad del juego podría ocasionar alguna lesión, así que el manejador siempre debe tener a la mano una larga fusta.

Resulta lógico que durante la algarabía del juego el frisón quiera pararse sobre sus cuartos traseros, pero esto hay que evitarlo porque representa una situación de peligro para el jinete, quien no debe tener miedo y posicionarse hacia atrás, ya que al hacer ese movimiento el caballo sabrá que cada vez que se levante dominará al manejador y por lo tanto podrá valerse de esto para usarlo en cualquier otra circunstancia y por consiguiente pudiera lesionar gravemente a su domador.

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MakingUsmile
8 años hace

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