Apareamiento entre frisones

El apareamiento de los equinos es una práctica tradicional que en el mundo de los frisones ha generado sin duda caballos legendarios. Dentro de la raza frisona existen reglas muy estrictas en cuanto a la genética y apariencia del animal, de allí que los criadores se esmeren por cruzar sementales y yeguas de fortalezas físicas, deportivas y de personalidad muy sólidas.

Apareamiento natural

Hay muchas cosas que se deben considerar en el apareamiento de frisones, entre ellas figuran las preguntas: ¿cuál es la mejor manera de llevar a cabo esta operación de cruce?, también uno se puede preguntar: ¿Debería permitírsele al animal pastorear junto con las yeguas para se dé un proceso natural o se debe aplicar un método de reproducción asistido?.

Dentro del mundo de los criadores existen muchas personas quienes consideran que la mejor manera es dejar que se apareen por vía únicamente natural, de acuerdo a sus instintos y sensaciones.

Un apareamiento natural implica que el semental pastoree libremente junto con algunas yeguas y de allí esperar que suceda lo mejor. Este método tiene una gran ventaja pero en mucha ocasiones dejarlo solo pudiera producir que se le salga de control al manejador. Sin embargo, es una forma segura para este último porque se mantiene alejado del peligro, que puede significar la copulación de dos animales grandes y fuertes, lo que sin duda representa la mayor ventaja especialmente cuando se trata de criadores inexpertos.

Este proceso reproductivo natural entre un semental y una yegua puede ser tosco y violento, dependiendo de las costumbres del caballo y los objetos de su afecto. Cuando una yegua poco receptiva es montada por un semental demasiado hormonal, los cascos pueden elevarse mucho y por lo tanto existe el riesgo de que tanto el macho como la hembra resulten severamente heridos, pues pueden llegar a patearse y arañarse.

Apareamiento asistido

Algunos criadores prefieren examinar la receptividad de su yegua primeramente antes de considerar la posibilidad de apareamiento. Esto se hace al pasearla cerca del establo de los sementales permitiendo que se olfateen y se acaricien el hocico uno al otro. La yegua entra en calor cuando su órgano reproductor se contrae y dilata repetidamente, para posteriormente adoptar una postura de apareamiento.

Resulta importante asegurarse que se presentan todos los signos de forma notoria, porque cuando una yegua atraviesa por su primer momento de calor, ella puede mostrar algunos signos de que se encuentra lista, pero todavía no está completamente receptiva a la idea de permitir que un semental la monte. Cuando se asegura que la hembra está en pleno calor, el criador puede ir con la yegua hacia el establo para una preparación de último minuto.

Es recomendable que los órganos reproductores de ambos animales se encuentren higiénicos para disminuir la introducción de alguna suciedad, piel muerta o alguna secreción indeseable durante el apareamiento. Se aconseja que esto sea realizado por un manejador que esté muy familiarizado con su semental porque no todos son afectos a que cualquiera manipule estas zonas.

Una vez evaluados tanto el semental como la yegua, el riesgo de un caballo muy ansioso al momento de intentar montar a una yegua que no está preparada del todo, es minimizado. No obstante, en un apareamiento natural, la hembra puede decidir que no le gusta el semental y por lo tanto éste puede ser agresivo y arañar la espalda de la yegua durante el proceso, por lo que el apareamiento asistido es lo más recomendable.

En la reproducción asistida se involucran a dos personas: una para manejar a la yegua y la otra al semental. Aquí es necesario que ambos manejadores confíen completamente en sus habilidades para trabajar con los caballos. Personas inexpertas podrían resultar seriamente heridas en el proceso de apareamiento si no son cuidadosas. Se recomienda insistentemente que los manejadores usen cascos protectores en toda la operación.

Cuando todo está listo incluyendo yegua, semental y sus manejadores, quien controla a la hembra puede caminar en el prado, pista o un área determinada dentro de la granja. Mantener al frisón macho detenido durante todo el procedimiento. SI al caballo se le permite seguir a la yegua muy de cerca, se puede volver impaciente y alterado lo que podría poner en riesgo la salud de quienes intervienen, así como el éxito final que se espera al concluir este proceso.

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Lanny
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