Cómo cuidar a un frisón ciego
Cuidar de un frisón requiere de mucho trabajo y velar de uno que sea invidente lleva paciencia y comprensión. En la relación de un entrenador y un equino ciego resulta imperioso desarrollar un elevadísimo sentido de confianza entre ambos.
Debido a esta delicada situación se aconseja seguir las siguientes guías:
1) Hablarle suavemente al caballo ciego. Cuando se pierde uno de los sentidos, hay otros cuya percepción se hace más fuerte. Naturalmente un caballo puede oír de forma excepcionalmente extraordinaria. Entonces un frisón invidente podrá escuchar incluso hasta el ruido más tenue. Utilizar un tono de voz alto o hacer ruidos de elevado nivel sonoro pueden asustar a un caballo que no puede ver.
2) Moverse lentamente alrededor del frisón ciego. Movimientos bruscos y repentinos asustan a cualquier caballo. El equino invidente podrá oír el movimiento y no entender lo que está sucediendo. Movimientos lentos y suaves le permitirán al caballo ganar mayor confianza en quien lo maneja.
3) Revisar el establo y la pastura para evitar peligros o problemas potenciales. Nunca debería haber nada colgado a los lados del establo, ya sea en las paredes o en la puerta del mismo. El frisón que no puede ver no podrá detectar lo que está tocando o rozando. Esta barrera de invisibilidad puede generar pánico en el animal. La pastura podría significar mucho peligro para el frisón invidente. Los hoyos pueden provocar que el caballo se tropiece y generar que algunos puedan volverse agresivos o tomar una conducta de amenaza.
4) Mantener las fuentes de agua y alimentos en el mismo lugar. Un caballo normal puede ver y oler tanto la comida como el agua, pero uno que carece del sentido de la vista únicamente puede oler. Si el frisón sabe en dónde está el agua y sus alimentos, no tendrá que buscarlos por lo todo el establo cada vez que quiera consumirlos.
5) Caminar con el frisón constantemente. Mientras más familiar sea el entrenador con su caballo, esta rutina le hará sentirse más cómodo. Dicha actividad puede llevar a la creación de un sólido lazo de confianza entre el manejador y su equino. La repetición de la caminata desde el establo hasta el campo podría llegar a convertirse en un hábito para el animal, así él sabrá qué esperar cada día, lo que le transmitirá un sentido de confort. Hay que recordar que los caballos pueden ser animales muy amables y cariñosos que demuestran afecto por sus cuidadores.
6) Utilizar el nombre del frisón de manera regular. El caballo o yegua puede saber su nombre tal y como lo hacen los perros. Cuando se le enseña al caballo a reconocer su nombre, se le puede llamar cuando se requiere que entre al establo. El caballo que es invidente sabrá cuándo su manejador se encuentre en ese lugar e irá con confianza gracias a que reconocerá la voz de quien le habla.
7) Acicalar al frisón tanto como sea posible. Cuando se cepilla al caballo significa que es un momento en cual tanto el manejador como el animal se conocen más, convirtiéndolo en un acto que afianza el nexo con el animal. Es importante estrechar fuertemente el vínculo con un frisón ciego porque así confiará plenamente en dicha relación de fraternidad.
8) Tener paciencia. Un frisón invidente que alguna vez tuvo la posibilidad de ver pudiera parecer bastante agresivo, pero solamente está intentando hacer frente a su aflicción. Un caballo que ya ha nacido ciego, puede ser entrenado más fácilmente. De cualquier manera, un equino sin en el sentido de la vista le tomará trabajo aprender. Si hay un dueño o manejador que piensa que no puede dedicarle tanto tiempo a las necesidades que se deben cubrir en un frisón ciego, existen organizaciones que pueden encargarse de su cuidado. Esos grupos pueden darle la atención que requiere para sobrevivir.
Recomendaciones
Es posible cabalgar en un frisón ciego, pero el caballo debe confiar completamente en su jinete. El manejador debe ser experimentado. Uno que no posea la pericia podría generar lesiones tanto en él como en el animal. El jinete será los ojos del caballo y debe ser capaz de velar por los peligros que puedan encontrarse en el camino. Podría tomar años desarrollar un nexo el cual permite a caballos invidentes dejar que alguien los monte.
Para alguien que no tenga paciencia o tiempo para invertir con el animal, es recomendable contactar a una organización que se especializa en las necesidades de los animales.