Premios y castigos en los frisones

Brindar alguna recompensa (material o no), así como aplicar algún tipo de escarmiento sanción, son las formas más comunes de criar o adiestrar a los animales, por lo que los frisones no se alejan de esta realidad.

Un sistema de adiestramiento fundamentado en premios y castigos consiste en generar asociaciones de ciertos comportamientos a sensaciones tanto agradables como desagradables, obviamente dependiendo de la conducta que tenga el caballo.

Vale destacar que entre los caballos, los frisones se caracterizan por ser muy nobles y dóciles, sin embargo esto no quiere decir que ellos no van a requerir adiestramiento, pues requieren aprender a comportarse y a obedecer a su manejador, algo que se logra con el entrenamiento constante, paciencia, premios y en ciertas ocasiones algunos castigos.

Alguien quien se esté haciendo cargo del entrenamiento de un frisón debe de saber que el caballo no tendrá problema en recibir el castigo cuando entiende el por qué de éste, es decir, tiene la capacidad de relacionar el escarmiento con el comportamiento inapropiado, siempre y cuando lo reciba de forma inmediata a la actuación incorrecta.

Este punto es muy importante porque si el frisón no tiene claro a qué se debió el castigo que le dieron, existe la posibilidad de que llegue a rebelarse pues su instinto le señalará que le están generando una acción negativa sin que él haya hecho algo por crearla, así que podría actuar de manera agresiva.

Premios

Dulces: Golosinas como caramelos o bombones pueden ser una gran recompensa para tu frisón, sin embargo éstos no deben de ser suministrados sin medida, ya que se pueden convertir en una adicción para el caballos, por lo que se recomienda premiarlos con este método de forma esporádica en agradecimiento a su buen comportamiento.

Descansos: No hay nada más reconfortante para el frisón que tomarse una pausa tras la realización de un ejercicio o actividad que le haya resultado pesada o incluso hasta de peligro

Transmitirle seguridad y tranquilidad: Aunque el entrenador del frisón debe mostrarse firme, pues finalmente es la autoridad en la relación con el caballo, no debe dedicarse a gritarle ni a hacer movimientos bruscos, porque a la postre esto derivará en la desconfianza del equino hacia su manejador. Es clave se firme pero un tono tranquilo y afable.

Imitación de comportamientos equinos: Hacer algunos movimientos que realizan los frisones cuando se encuentran libres con otros caballos de su raza, pudiera significar una enorme recompensa para el animal, por ejemplo:

  • Pasar un brazo sobre su cuello: Así se copia la actitud de la yegua cuando protege a su cría generándole una satisfactoria sensación de seguridad.
  • Rascar detrás de la oreja: Es una imitación de los cuidados recíprocos que se dan los frisones.
  • Respirar en el cuello u ollares del frisón: Ésta es otra forma en la cual los caballos tienden a cuidarse.
  • Rascar: De esta manera sienten el acicalado que se realizan cuando están cerca de otros equinos.
  • Acariciar puntos de sensibilidad: Los frisones tienen algunas áreas en las cuales les agrada ser acariciados pues se sienten relajados y tranquilos, es labor del manejador hallar esas zonas, pues no en todos los caballos tienen los mismos puntos sensibles.

Castigos

Voz fuerte: Se debe ser firme y levantar la voz, pero no hasta el punto de que sea un grito, pues si se abusa de esto, el caballo se acostumbrará a únicamente obedecer mediante los gritos.

Lenguaje corporal: Estar erguido y hacer algunos ademanes o gestos con los brazos.

Tirón sobre la nariz: Tiene que ser de corto tiempo pero firme, y aplicársele cuando realmente lo merezca.

Golpecitos con la fusta: Aquí hay que ser muy cuidadoso pues este elemento es fundamental en el adiestramiento del frisón, por lo que si se usa únicamente como herramienta de castigo, el caballo le sentirá temor y tenderá a alejarse de ésta, por lo que no podrá continuar utilizándola para las labores de doma. Vale aclarar que se le dará un pequeño toque leve, pero bajo ninguna circunstancia debe ser un instrumento para propinarle una paliza.

Imitar castigos que se dan entre frisones:

  • Copiar una coz (patada): Esto se logra a través de un leve puntapié.
  • Simular un mordisco: Para hacer esto debe dársele un leve golpe con el codo.En la doma el caballo debe tener muy en claro quién es la autoridad, por lo que siempre se debe ser firme.

Si se hacen bastantes repeticiones y el comportamiento no es apropiado, inevitablemente debe impartírsele un castigo para que sepa quién manda, pero jamás el castigo debe ser altamente violento hasta el punto de darle una paliza o provocarle daño al frisón.

Como recomendación final, hay que evitar aplicar únicamente castigos de tipo emocional.

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