Conociendo al frisón
Los caballos frisón forman parte de una de las razas más deseadas por los criaderos, gracias a su formidable historia de cientos de años, así como al porte y a la perfección en la conformación que se puede percibir de este animal.
En lo que respecta a sus rasgos físicos, sin duda la característica más común y por la cual se les identifica es gracias a su capa la cual es absolutamente negra, solamente permitiendo un detalle blanco en la frente y preferiblemente de un tamaño muy reducido. Su particular color le imprime gran belleza a este caballo al momento de practicar actividades de equitación en las que sobrepasa obstáculos.
Posee una cabeza larga y elegante, el cuello es arqueado. Su crin suele ser espesa y abundante, a veces puede presentarse forma ondulada o trenzada, descansando sobre uno de los costados del cuello. Lo mismo sucede con el pelo de su cola y el que presenta en sus cuartillas el cual da la impresión de ser plumas.
Su cuerpo es fuerte y compacto, junto con sus cortas patas lo convierten en uno de los equinos más hermosos de la especie. Las orejas son de tamaño mediano y sus puntos se dirigen hacia el interior. Su alzada oscila entre 1.58 y 1.65 metros.
Gracias a toda su conformación, dispone de un cuerpo amplio y elástico que le posibilitan un trote elevado, permitiéndole movimientos elegantes y de calidad. Ellos suelen flexionar mucho las articulaciones, de allí que, tanto su galope como su trote suelen estar muy amortiguados, y al jinete se le facilita mucho mas la cabalgata.